Un Inmenso Oceano de Luz



UN INMENSO OCEANO DE LUZ.

En la orilla del tiempo, ahí donde se asoman los valientes, aquellos que se atreven a desafiar la nada, donde no hay medida ni orden y el caos se enseñorea en lo indefinible.

El río de la inmensa vida cósmica se precipita en cascada, girando en gigantescas espirales, hacia un océano inmenso de luz, donde centésimas de millones y de trillones de chispas de luz, se conjugan para danzar, jugar y crear, miles de millones de constelaciones, soles, planetas y cualquier forma de vida que exprese la alegría de la divinidad.

Allí, en un universo primario, en la orilla del tiempo, de una galaxia, se asoman millones de seres al balcón de la vida, llamada Tierra, cuarto planeta de tercera densidad de este sistema solar.

Su pulsación es poderosa, el latido de su corazón se escucha en toda la galaxia, miles de millones de almas están pendientes de su aliento, la obra de teatro esta llegando a su entreacto más importante, y el Logos Planetario, en profunda meditación abre su corazón para recibir la llama iniciática que lo incluirá entre sus hermanos en el gran concierto cósmico.

El bien y el mal, cumplen su papel y se equilibran en el neutro, gran y misterioso personaje, que ya ha aterrizado en el planeta, los papeles fueron repartidos y se cumplieron a la perfección, es hora de despertar para quienes eligieron hacerlo, de entrar en el inmenso océano de luz conscientes. Aquellos que lo deseen, pueden seguir interpretando la obra, en busca de respuestas más profundas, en otro lugar.

Los tres fuegos buscan unirse, y en su búsqueda purifican todo a su paso.

¡Oh! Corazón anhelante de vida una, despierta, es hora de unirte con la fuente original, y empezar la danza que libera los siete velos de densidad.

El clamor es inmenso, miles de almas demandan este paso último, la tierra tiembla, los volcanes purifican sus escorias, el agua se evapora en busca de una nueva dimensión, y la Tierra se sutiliza buscando alcanzar su unidad.

Por fin un temblor recorre el planeta, al impacto de un sonido inaudible, viniendo más allá del tiempo, del centro, del centro, del gran Neutro, sus emisarios ya están aquí, ¿Quién los escucha?, aguzad el oído del corazón y sentiréis la dulzura de este encuentro, alejad el ruido de vuestra mente, sentid el vacio, y llenaros de lo eterno.

Es el día de la gran oportunidad.

Con amor.

Antonio Moreno.