La Ascensión es la Liberación [reposición]


...el camino de la Ascensión es básicamente una liberación revolucionaria de conceptos sociales, religiosos, económicos y políticos. Te conviertes en buscador cuando ya no eres ni manipulador, ni manipulable, porque has llegado al convencimiento de que las respuestas que proceden del exterior no son las tuyas.

Por Hortencia Galvis.

A lo largo de los tiempos la mayoría de los maestros espirituales han coincidido en lo siguiente: “la Ascensión es un proceso de reeducación de la mente, para liberarse de juicios y prejuicios.” Afirman además que este singular proceso es completamente automático. Una vez comienza, ya no hay marcha atrás, simplemente ocurre y se completa a sí mismo en forma natural. El viaje hacia la lejanía empieza entonces con un solo paso: la apertura hacia lo nuevo, que activa la capacidad interna de florecimiento.

Estarás listo para dar ese primer paso cuando seas capaz de cuestionar y cancelar las relaciones abusivas, donde todavía juegan las representaciones del amo y el esclavo. Por eso el camino de la Ascensión es básicamente una liberación revolucionaria de conceptos sociales, religiosos, económicos y políticos. Te conviertes en buscador cuando ya no eres ni manipulador, ni manipulable, porque has llegado al convencimiento de que las respuestas que proceden del exterior no son las tuyas. Tienes libertad de probar todos los dogmas y sistemas que encuentres a tu paso, pero sabes que con ello solo estarás posponiendo el hallazgo definitivo del encuentro con tu yo real.

El camino de la ascensión es un proceso individual, que se nutre de experiencias vividas, y no de conocimientos prestados. Hay un elemento que ha sido común a todos los iluminados: ninguno de ellos fue seguidor fanático de nadie. Ni Krishna, ni Buda, ni Lao Tse, ni Jesús de Nazareth, ni Mahoma, ni San Francisco de Asís, ni Osho, ni Juana de Arco fueron alumnos obedientes. Ellos aprendieron a escuchar el susurro de la voz de Dios en su propio corazón, y caminaron orientados con su brújula interna. Toma en cuenta entonces, tu realización espiritual depende solo de tu grado de fidelidad contigo mismo.

El camino de la Ascensión no incluye cambiar un sistema caduco de creencias por otro semejante. Porque la Ascensión supone la preliminar liberación de todas las creencias, para hacerte auto-suficiente. El crecimiento personal no se da sin el esfuerzo de aprender a orientarse en el mundo del espíritu. Por eso es inútil adueñarse de experiencias ajenas y adoptarlas como si fueran propias. Todo lo que un maestro exterior puede aportar es: inspiración, información y herramientas de trabajo, algunas más efectivas que otras. Esas técnicas pueden, o no, ser adecuadas. Lo sabrás con la práctica: si te traen paz.... o te causan inquietud y duda; si te aportan felicidad, alegría, seguridad y buenas relaciones.... o si por el contrario te hacen más reprimido, intolerante y triste.

El sendero de la ascensión avanza al unísono con la transformación de culpas, miedos y bloqueos que te han mantenido atrapado tanto tiempo en la infelicidad y el sufrimiento. El verdadero despertar espiritual trae consigo la integración de esos aspectos auto destructivos, que has reprimido en tu interior, y que exteriormente se expresan como rechazo y violencia hacia los que te rodean. La sanación es un proceso que comienza con el individuo, pero su acción siempre se expande hasta alcanzar el mundo.

Para reconocer tus sombras necesitas adquirir la cualidad del observador que siempre acecha. Cada pensamiento, cada actitud cuentan para la transformación integral, porque solo reconociendo tus patrones retorcidos de pensamientos y deseos puedes llegar a trascenderlos. Ese observador que acecha trabaja silenciosamente para iluminarte. Él es la conciencia que nace y se desarrolla en el espacio de tu meditación diaria. Más adelante comienza a presidir cada experiencia de tu vida, sin involucrarse ni juzgar. Cuando su presencia sea continua, te conducirá a la aceptación total de ti mismo, que es también la aceptación del universo tal como es, o conciencia del iluminado.



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